“Esta historia transcurre en dos dimensiones. O mejor en tres, sólo para quitarle al dos su carácter unívoco y ampliar los límites de la improbabilidad.
… Una ánima joven se aproxima y
le dice sin voz: `Por favor, el camino de Cushmen que se nos ha persido´. Pero
el hombre no puede escucharla ni verla, estando coimo está al otro lado del
transparente límite que separa lo visible de lo invisible.”
“Ante la visión de la agonía, el
que se queda pide tiempo para arreglar sus descuidadas cuentas con el que
parte. Y cuando comprende que ya es tarde llora desconsoladamente sobre el
cuerpo inerte, sobre el féretro, en el cementerio, por negligente, por necio,
por poco precavido. Se acuerda de todo lo que debió decir y hacer y no dijo ni
hizo y se aflige con la esperanza de que el muerto esté atento y con humor
perdonarlo. “
“Volvía a casa riendo bajito.
Gatos. Había siodo víctima de un burdo engaño. Alguien se complacía en
torturarme. Por primera vez en muchas noches dormí profundamente. Soñé que Dios
era una mujer de indescriptible belleza; de uno de los pechos manaba leche, del
otro fuego.”