Matías Stiep despliega todo su
arte de narrar en esta novela y desafía a nuestra imaginación, ya desde el
título mismo, a volar más allá de los límites impuestos por lo meramente
representativo y a participar de un lance
ideolñogico, cuya tensión se mantiene persistente y equilibrada a lo
largo de toda la obra.
Trae nuestra época una historia
que transcurre durante la primera guerra mundial y, a través de una trama bien
construida escrita en primera persona pero atravesada por un diálogo fluido
entre lenguas, culturas, tiempos y espacios y por un cruce entre discursos
diferentes, nos ofrece el placer de la perfección en el uso de un lenguaje
preciso.
La percepción, el recue4rdo, la
memoria y la descripción son esenciales en su narrativa, en tanto que
cristalizan los intentos de aprehensión del mundo sensible que lobra transmitir
eficazmente en todas las imágenes.
Y una vez más instala la
problemática de la tradición literaria argentina. ¿Es argentino un escritor que
escribe sobre Alemania?, pregunta a la que Borges respondería “nuestro
patrimonio es el universo”.