Verónica Merli se afianza como
una d elas poetas más singulares de la Patagonia. Sólida
y contundente, reclama para sí el lugar común, lo sacava hasta desarmarlo como
un especialista desarmaría un explosivo, fingiendo que esa sustancia peligrosa,
fuera inofensiva. Corrosiva en su escritura, todo es inminente, urgente; y lo
dicho, dicho estña, sin ninguna consideración ante el lector excepto la
precisión formar y el cuidadoso trabajo que da por resultado un tono coloquial
y aparentemente siempre, despojado. Belleza. Por Claudia Sastre (Puerto Madryn)
Verónica Merli dice cosas
sencillas, cosas de cocina, de casa, de mujeres cotidianas, con gran fuerza y
originalidad. Y de repente la emoción nos sobrecoge: si el padre nunca la ha
abrazado es porque él regresaba del trabajo “con las manos sucias y cansadas”.
Así el fuego es un destino de mujer que allí se dibuja, una mujer/ vaca” con la
voz más profunda de la jungla” luchando por su autonomía, con sus deseos, sus
dolores, sus gozos y la flor de un niño que le fue dado en París, “Pan
calentito entre las sábanas”. Pero no es poesía plañidera. Un toque de
humorismo siempre viene a suavizar la voz rebelde. Verónica Merli es la voz
nuestra, escuchadla. Por Nicole Laurent- Catrice (Montgermont- Francia)